Lucio Cabañas Barrientos fue un maestro rural guerrerense, egresado de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, líder estudiantil y jefe del Partido de los Pobres, durante la época en la que nuestro país vivía en plena Guerra Sucia.

El personaje de quien hoy conmemoramos su aniversario luctuoso comenzó su actividad política encabezando la protesta de un grupo de ejidatarios contra la empresa Silvicultora Industrial que talaba inmoderadamente los bosques de Guerrero sin dejar ningún beneficio a la comunidad, al tiempo que ejercía su labor de docente rural. 

Nieto de un general zapatista, desde muy temprana edad Cabañas se metió en asuntos de defensa de los pobres. Decían que "la escuela era su territorio, la pobreza su entorno y la esperanza su alimento" y la frase es totalmente acorde con aquello que en vida representó y las causas por las que luchó.

Egresado de una escuela rural, como muchas generaciones de profesores que han trabajado durante años en zonas rurales o urbanas marginadas, Lucio Cabañas estaba impregnado de una cultura magisterial particular en la que el compromiso social se constituye como el componente más importante.

El discurso de Lucio Cabañas se basaba en la igualdad, quería que los pobres se empoderaran para que los ricos dejaran de abusar de ellos. Venir desde abajo y haber podido convertirse en maestro, lo hacía mantener su fe en la educación, también soñaba con el cooperativismo como forma de organización para que las comunidades pobres salieran adelante, quería resolver cosas urgentes que hoy, debemos reconocerlo, aún siguen sin solucionarse.

Frente a la indiferencia de los gobiernos de entonces para atender las necesidades de los pobres, Lucio Cabañas se vio obligado a huir a la sierra y a poner en práctica la guerra de guerrillas para hacer visible toda la problemática social que enfrentan miles de comunidades en Guerrero y en todo México: la exclusión, la falta de oportunidades, la desigualdad y las grandes dificultades de sus habitantes para acceder a la salud, a la educación y a la justicia en las mismas condiciones que el resto de las y los mexicanos.

Lamentablemente, luchar por sus ideales y seguir sus convicciones le valió a Lucio Cabañas la persecución gubernamental y murió asesinado el 2 de diciembre de 1974 en Técpan, Guerrero a la edad de 36 años.

Para el escritor Carlos Montemayor, autor de la novela Guerra en el Paraíso, la guerrilla de Cabañas nació como una forma de autodefensa, sin embargo, el gobierno, queriendo evitar su manifestación popular, lo que consiguió fue producir un conflicto armado.

Lo anterior demuestra que sin la voluntad política para transformar las condiciones económicas y sociales que mantienen postradas en la miseria a miles de comunidades en todo el país, lo que se produce no sólo marginación y exclusión, sino violencia.

Nunca más un Estado indiferente a los problemas sociales, nunca más un Estado que responda a los reclamos de justicia de quienes alzan la voz contra el hambre, el abandono y el olvido con represión y persecución.

En el Partido Verde nos pronunciamos por la conformación de gobiernos empáticos que escuchen y atiendan las necesidades de los que menos tienen, por eso acompañamos la transformación que está viviendo nuestro país, porque ésta pone a los pobres y a los olvidados primero y porque con sus acciones está intentando saldar una deuda histórica que por años México ha tenido con ellos. Ante todo, primero los pobres.

Por su atención, muchas gracias. Es cuanto.