Con el permiso de la Mesa Directiva,

Compañeras diputadas y compañeros diputados,

El día de hoy, la Cámara de Diputados tiene la oportunidad de marcar un antes y un después, en el modo en que los seres humanos nos relacionamos con la naturaleza, específicamente la manera en que tratamos a los animales.

Como sabemos, las mascotas o animales de compañía, principalmente los perros y gatos, han brindado grandes beneficios a la humanidad, debido a su cariño entrañable y a su lealtad incondicional, que en muchas ocasiones hace que sean considerados como miembros de nuestras familias.

Sin embargo, ya sea por soberbia o por desconocimiento, algunas personas poseen animales silvestres y exóticos como mascotas, como pueden ser reptiles tropicales, aves rapaces y grandes felinos, rompiendo no solo el equilibrio de los ecosistemas y sometiéndolos a ambientes opuestos a su naturaleza, sino también poniendo en riesgo la seguridad individual y colectiva de las personas.

Esta conducta causa un daño evidente a los animales, porque en muchas ocasiones se les mantiene en espacios confinados, hacinados, con una dieta inadecuada y en condiciones que les impiden desarrollar su comportamiento natural, es decir, volar, correr o incluso cazar a sus presas.

Poseer mascotas silvestres también causa daño a los ecosistemas, ya que la extracción de su medio natural, muchas veces ilegal, altera el equilibrio de las redes de alimentación, al dejar de cumplirse la función única que cada especie realiza en su entorno.

Aunado a lo anterior, las mascotas silvestres o exóticas pueden representar un riesgo físico, sanitario o de seguridad para las personas. Como muestra, existen numerosos ejemplos recientes de grandes felinos que han atacado a sus propietarios, o que han escapado de su confinamiento, causando daño a otras personas o a la propiedad privada.

Por estas razones, es urgente restringir las condiciones bajo las cuales se permite a las personas poseer animales silvestres o exóticos que, por sus características naturales, no puedan convivir con los seres humanos en un ambiente doméstico, sin que se presenten estos riesgos.

A raíz de estas preocupaciones, la Comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales, pone a consideración de esta Soberanía un dictamen que reforma y adiciona diversas disposiciones de la Ley General de Vida Silvestre, a efecto de establecer la definición de "Mascota o animal de compañía", así como prohibir la posesión de ejemplares de cualquier especie de fauna silvestre que no cumpla con las características de esta definición.

Este dictamen surge a partir de las inquietudes de diversos grupos parlamentarios representados en esta Cámara Legislativa, que hemos presentado desde hace varias legislaturas iniciativas similares.

Por tanto, esta preocupación no es reciente, sino que poco a poco hemos logrado algunas conquistas, y hoy tenemos la oportunidad histórica de impedir que ejemplares de fauna silvestre no aptos para convivir con los seres humanos, sean utilizados como mascotas.

Aprovechemos que grupos parlamentarios y Gobierno Federal, a quienes agradecemos de manera especial pues la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales acompañó técnicamente la redacción de este dictamen, hemos encontrado esta coincidencia, para dar un paso más por el bienestar de cualquier forma de vida en el planeta.

No tengan la menor duda de que estas reformas a la Ley General de Vida Silvestre, contribuirán a fortalecer el marco legal que regula la relación de los seres humanos con la vida silvestre, para lograr un trato digno y respetuoso hacia los animales.

Agradezco a las y los integrantes de la Comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales, por apoyar la aprobación de este dictamen, y demostrar que, con sensibilidad y madurez política, podemos construir los consensos necesarios para traer al Pleno de esta Cámara de Diputados reformas en beneficio del medio ambiente.

Es cuanto, presidenta, muchas gracias.