Gracias presidente.

El día de hoy, y como punto más relevante de este periodo extraordinario, por primera vez y de manera histórica porque el Congreso mexicano a través de la Cámara de Diputados está en la posibilidad inédita de poder participar con un voto a favor o en contra sobre el proyecto del Plan Nacional de Desarrollo que nos presenta el Ejecutivo Federal.

El simple hecho de participar debe de congratularnos y reconocer que la legislatura pasada hizo una reforma constitucional que le permita al Congreso mexicano participar en lo que es el diseño en la hoja de ruta en las aspiraciones que tiene este gobierno para los próximos seis años.

Creo que como movimiento independiente de esta participación por parte del Congreso, hay que reconocerlo, pero sin duda también hay que entender que no es suficiente este primer paso del Congreso para poder conocer el Plan Nacional de Desarrollo y pronunciarse al respecto; como primer paso es positivo, pero hay que ir más allá.

Creo que el Congreso mexicano tiene que empoderarse, tiene que creer más en sí mismo y poder estar a la altura de los tiempos. Dice con razón, el senador Ricardo Monreal, que el Presidente de México trabaja de forma incansable, cosa que lo hace.

Pero también dice Ricardo Monreal, y lo dice con razón, que mucha parte del gabinete no lo ha acompañado como debería de ser para que el diseño del Plan Nacional de Desarrollo pueda verse en la ejecución de políticas públicas y en bienestar a la nación efectiva donde el Congreso mexicano deba de participar.

Yo creo que tendremos que estar todos los años de todo el sexenio, en el caso de nosotros, toda la legislatura dándole seguimiento puntual a cada una de las políticas públicas que derivaron del Plan Nacional de Desarrollo para poder darle seguimiento, opinar, criticar, reconocer y modificar.

Como Congreso tenemos que entender que también gobernamos con el presidente, que también tenemos responsabilidad para que este país pueda transformarse como aspira el presidente de México; hay muchas cosas de políticas públicas que están marcadas en el Plan Nacional de Desarrollo, que sin duda van de la mano con aquello que prometió el presidente en campaña, y que en consecuencia le dio millones de votos.

Estas aspiraciones que se prevén en el Plan Nacional de Desarrollo, van a ser simplemente aspiraciones si no van emparejadas con un Presupuesto de Egresos que permita que esto se convierta en realidad. Hemos hecho reformas en materia de educación, en materia de seguridad pública.

Y tiene que ver con el Congreso, tiene que ver con entender que como poder autónomo del Estado mexicano tenemos que pasar a buscar gobernar con el presidente que tiene esta mayoría en la Cámara de Diputados, buscar ayudarlo y a entender que no hay un grupo de sabios en el Poder Ejecutivo Federal, se los digo por experiencia.

Muchas de las cosas que hicimos en el gobierno pasado las hacíamos, a veces, confiando en que aquellos que lo proponían tenían la razón absoluta; no hay baritas mágicas, no hay magia para gobernar. Para poder crecer al cuatro por ciento, como aspira el Presidente de México, hay que tomar definiciones en materia de competencia económica, en materia de paz pública, en materia educativa, en materia de rompimiento de monopolios; a veces estas ideas, que entendemos, son parte del Plan Nacional de Desarrollo, no están reflejadas en las políticas públicas.

Y también, como Congreso mexicano necesitamos empoderarnos para que el gabinete entienda, y ojalá que el partido mayoritario de la coalición mayoritaria también reconozcan, que cuando queremos citar a un Secretario de Estado para que comparezca ante nosotros, como representación de la gente, no permitamos que no venga.

No es justo que los Secretarios no den la cara ante el Congreso para explicarnos a detalle que pasa con las políticas públicas; doy un ejemplo, se está buscando que la Comisión de Hacienda apruebe la creación del Banco de Bienestar, y ni siquiera viene el Secretario de Hacienda, eso es una falta de respeto, no a la oposición, no al PRI, no al PAN, no al Verde, no al PRD, es una falta de respeto al Congreso mexicano, es una falta de respeto que siquiera pensemos que lo podemos aprobar y el Secretario de Hacienda, por temor o por falta de conocimiento, no quiera venir a dar la cara.

Se los suplico a todos los legisladores, vamos a empoderarnos y así ayudamos al Presidente de México para que las políticas públicas en las que lo hemos estado apoyando, y aquí si hablo en lo particular, no existe un partido de oposición que apoye más al Presidente de la República que el grupo parlamentario del Partido Verde.

Yo, hoy se los pido, que los Secretarios, salvo excepciones como la Secretaria de Gobernación; el Canciller; el Secretario de Seguridad Pública; el titular de la Función Pública; son casos contados de Secretarios que si están al pendiente de lo que pasa en el Congreso mexicano, la gran mayoría ni les importa ni nos reconocen y tampoco vienen.

Esta temática tiene que cambiar, para que esto que es la aspiración del Presidente de México se convierta en realidad, y que el Plan Nacional de Desarrollo, realmente tenga viabilidad de convertirse en políticas públicas efectivas que le ayuden a este país a tener un crecimiento sostenido.

El Presidente de México ha venido a romper tabúes que, lamentablemente, México y su gobierno vivían; ha roto la opulencia con las cuales vivían los presidentes de México; está tratando de romper las cadenas de corrupción por las cuales estaba atado nuestro país.

Hay que reconocérselo, la vara que el Presidente de México ha puesto en determinadas cosas llegaron para quedarse pero lamentablemente no hemos modernizado ni cambiado mucho de la relación Congreso/Ejecutivo Federal. Si le queremos ser útil a México y al Presidente, necesitamos empoderarnos y no permitir que ni el gabinete ni ningún funcionario público del gobierno Federal puedan dejar de acudir al Congreso por falta de interés o por falta de conocimiento, porque hay que entenderlo, la ignorancia y la falta de preparación también es corrupción.

Gracias, presidente.

PARTIDO VERDE