Buenas noches, con la venia de la presidencia.

Sin duda alguna, al igual que la sociedad y la economía, la política, lo público y, desde luego, las labores parlamentarias se encuentran en cambio constante. Una de las tareas que componen la actividad legislativa es la revisión continua de nuestro orden jurídico con la finalidad de modernizar, actualizar y adecuar a la realidad y a los tiempos que vivimos, las leyes y normas que nos rigen, garantizando con ello que sigan manteniendo su vigencia y no sean rebasadas por las circunstancias.

La pasada Legislatura ya tuvieron que abordar temas en los cuales claramente nuestro marco jurídico se había quedado rezagado. Hace mucho tiempo que existían las condiciones técnicas y las alternativas tecnológicas para introducir a nuestro reglamento, la posibilidad de celebrar sesiones a distancia y de votar de manera telemática; sin embargo, esas no se encontraban contempladas hasta que la pandemia de coronavirus obligó a este Poder Legislativo a hacer las modificaciones pertinentes con el objetivo de evitar que el trabajo de la Cámara siguiera paralizado.

En este sentido, es de destacar que el Congreso de la Unión haya tenido la capacidad para encontrar la manera de reanudar sus actividades y superar la parálisis legislativa que vivió durante los primeros meses de la pandemia, cuando se recurrió el confinamiento como método para intentar cortar la cadena de contagios entre la población.

Fue precisamente hace un año que se aprobó un reglamento de contingencia, el cual permitió a la Cámara realizar el ejercicio de sus funciones constitucionales y legales a través de un sistema de sesiones semipresenciales, aprovechando el uso de las tecnologías digitales y estableciendo la presencia mínima de legisladores requerida.

Una de las cosas que se debe corregir, es la inclusión de estos cambios no sólo en un reglamento con vigencia transitoria que tenga que renovarse cada que comienza una legislatura, sino en la Ley Orgánica y en el reglamento que nos rige de forma permanente a fin de dar certeza al actual Poder Legislativo, frente a las situaciones que generan incertidumbre y que pudieran otra vez detener la actividad parlamentaria.

Se trata entonces, de establecer las bases jurídicas para las sesiones vía remota siempre con un mínimo de legisladores presentes cuando existan causas como desastres, medidas de protección civil y circunstancias que pongan en riesgo la vida, la salud y la integridad de la población.

En el Partido Verde celebramos la versión del Reglamento de Contingencia aprobado por la Legislatura pasada que haya sido adicionada, reformada y mejorada incluyendo observaciones de todos los grupos parlamentarios para poder aprovechar las áreas de oportunidad existentes.

En ese sentido, resaltamos el hecho de que se incluyeron otras causas para considerar que una sesión se lleve a cabo bajo modalidad semipresencial más allá de la situación sanitaria, lo que garantizará que la marcha de esta Cámara no se detenga.

Igualmente, destacamos que haya habido apertura para encontrar un mecanismo que permitiera reducir al máximo los casos en los cuales se tenga que celebrar una sesión presencial, siempre y cuando la Junta de Coordinación Política lo apruebe por las dos terceras partes de su voto ponderado, lo cual reducirá la posibilidad de contagios en momentos en que no haya condiciones para que la totalidad de la Asamblea se reúna.

Quiero cerrar conminándolos a tomarse en serio lo dispuesto por el Reglamento que vamos a probar, a respetar lo que en él se establece, que es por el bien y la salud de todos. No solo de nosotros los legisladores, sino de miles de personas que colaboran con esta Cámara.

Es cuánto.

PARTIDO VERDE