Con la venia de la presidencia;

Compañeras y compañeros.

El proceso de transformación iniciado en 2018 por la actual administración está a mitad de camino y es un momento oportuno para hacer una evaluación integral que, sin duda, los cambios estructurales llevados a cabo han mejorado el modelo económico, haciendo sostenible el crecimiento de la economía y acortando la brecha de la desigualdad que por tanto tiempo había lastimado a nuestra sociedad.

La estabilidad macroeconómica y disciplina fiscal han sido dos pilares en los que este gobierno ha basado sus acciones para contar con cimientos sólidos sobre los que se construya una economía más igualitaria y más justa. Gracias a esta visión, se ha podido salir adelante con la crisis causada por la pandemia del COVID-19 y que en 2022, espera la Secretaría de Hacienda, esté totalmente superada.

La recaudación de impuestos ha mejorado mes con mes, tan es así que, aun con la crisis, los ingresos presupuestarios del gobierno federal fueron 7.3 por ciento superiores en términos reales al ejercicio fiscal anterior y 0.8 por ciento más que lo estimado en la Ley de Ingresos del año actual.

Las medidas implementadas para luchar en contra de la evasión y elusión fiscal han tenido como consecuencia no sólo el combate firme y decidido a la corrupción, sino el robustecimiento de los ingresos tributarios.

Gracias a las mejoras al marco fiscal vigente aprobadas en la legislatura pasada se aumentó la captación de recursos fiscales sin la necesidad de incrementar impuestos o subir tasas vigentes.

Lo anterior nos ha permitido redistribuir de modo eficiente los recursos para la atención de la emergencia sanitaria derivada de la pandemia, siguiendo los principios de austeridad republicana y logrando hacer más con menos.

En ese mismo sentido, debemos destacar que se reforzaron los apoyos sociales, ampliando el presupuesto destinado a la gente de manera directa, ejemplo de esto son los 3 millones de créditos a pequeñas empresas del sector formal e informal y la entrega en todo el país de más de 111 mil apoyos para la construcción, mejoramiento y ampliación de vivienda.

Por otra parte, se debe resaltar el papel que el T-MEC ha tenido para la recuperación económica de nuestro país. A nuestros principales socios comerciales, Estados Unidos y Canadá, también los golpeó duramente la pandemia, pero, por fortuna, hay vientos de cambio con el pronóstico de crecimiento de nuestras economías.

Lo anterior ha sido bien aprovechado por nuestro gobierno para la reactivación económica y para que ello se traduzca en el corto plazo en más producción, más empleos, mejores salarios y bienestar para todos los mexicanos. Que promueve crecimiento y desarrollo del país a largo plazo, especialmente en las regiones con más rezago como lo es el sur- sureste del país.

Hay que reconocer cuando las cosas se hacen bien. El gobierno del Presidente López Obrador ha manejado con prudencia las finanzas públicas y ha llevado de forma adecuada la recuperación económica. Lo anterior, sumado al cabal cumplimiento de los compromisos financieros del país, ha hecho que las calificaciones de riesgo para nuestra economía sean bajas y se haya incrementado la inversión extranjera.

Hoy contamos con reservas internacionales en niveles superiores a los 205 mil millones de dólares; las remesas mantienen un flujo ascendente y la paridad cambiaria de nuestra moneda se mantiene estable. Todo lo anterior, en conjunto, da certeza y certidumbre a quienes invierten su dinero en México.

En suma, quienes integramos el grupo parlamentario del Partido Verde Ecologista seguiremos apoyando al Presidente para continuar con la transformación del país a alcanzar un desarrollo equitativo e incluyente que promueva el bienestar de todo el pueblo de México y no vuelva a olvidarse de los que menos tienen.

Es cuanto, muchas gracias.