Con su venia, Señor Presidente.

La Reforma Constitucional de la desindexación del salario mínimo es un logro vital que marca un rumbo claro en la tarea de acrecentar el poder adquisitivo de los trabajadores, un beneficio real en la persecución de mejores condiciones sociales, el cual trata de generar bienestar en la población y disminuir los niveles de pobreza y desigualdad existentes en el país, éstas son cualidades de una nueva realidad jurídica que compartimos en el Grupo Parlamentario del Partido Verde.

Los sectores sociales más pobres, los primeros cuatro deciles, que son los ubicados en la base de la pirámide social, según datos del INEGI, han sufrido caídas abruptas en su participación relativa en el ingreso a lo largo de los últimos treinta años, período que como sociedad tenemos que recuperar gradualmente mediante mejoras salariales debido a la sensibilidad, importancia y magnitud demográfica de la cual hablamos.

Apoyar esta reforma es dar un primer paso para generar las condiciones para adquirir la capacidad de aumentar la cantidad de bienes y servicios, significa un incentivo favorable y valioso para generar confianza en el trabajo que desarrollan cotidianamente millones de mexicanos.

Se intenta abonar para una mayor igualdad en lo económico, sin necesidad de convulsiones políticas o financieras, a través de la reorientación de la senda del crecimiento, la distribución del ingreso y una mejor política salarial, sincronizada con los cambios estructurales en la economía mexicana, esto es una paulatina reducción en la inequidad que sólo se materializa mediante incrementos progresivos del salario.

Con el cambio estructural de los últimos 20 años a partir de la entrada en vigor de Tratado de Libre Comercio de América del Norte, la economía mexicana privilegió la exportación manufacturera, pero no sólo en el sector maquilador, sino también en actividades que requieren uso intensivo de fuerza de trabajo calificada, ahora ante la inminente entrada en vigor del Tratado Transpácifico, se debe reaccionar positivamente e intentar alentar a los sectores productivos del país para lograr duplicar esfuerzos en busca de no perder competitividad, y qué mejor medida que apoyar los ingresos de los trabajadores para que vean recompensado su esfuerzo.

Decir que un político o partido en particular ha contribuido más o menos con esta reforma sería una mezquindad política, por ello quiero felicitar a todos los actores que multiplicaron y coordinaron esfuerzos en la consecución de este logro, y exhortamos a las fuerzas políticas a seguir trabajando en la lucha por mejorar la realidad cotidiana de los mexicanos.

Podemos encontrar por el bien de México muchos otros puntos de acuerdo, el país los reclama. Nuestra labor es hacer de la política no un escenario de conflictos sino un donde podamos conseguir consensos.

Por último, quiero destacar que esta reforma es apoyada por la mayoría de los encargados de las políticas laborales en nuestro país, quienes han visto con buenos ojos el esfuerzo conseguido, primero, debido a que revalora el factor trabajo y la productividad, segundo, por aumentar la capacidad de compra del mercado interno, que en los últimos seis trimestres ha sido el motor de crecimiento económico, y tercero, porque de esta manera se da un primer paso hacia la generación de políticas laborales efectivas sin necesidad de estar conectadas con el fantasma latente de la hiperinflación.

En síntesis, la reforma constitucional de la desindexación del salario mínimo, logra materializar un mejor rumbo para millones de trabajadores en busca del progreso material, por ello nos alegra mucho que se esté dando este paso.

Toda política que tenga derroteros de progreso para los mexicanos siempre será prioridad para el Partido Verde, demos ahora los siguientes pasos para que el salario deje de ser mínimo y se vuelva suficiente y cumpla su función. Logremos un México más equitativo y más competitivo.

Es cuanto, señor Presidente

PARTIDO VERDE ECOLOGISTA DE MÉXICO